Artículo nº6 – La Elección de los Zebedeos, una marcha para el Tercio Infantil de Santiago Apóstol

La composición de la marcha La Elección de los Zebedeos para el tercio infantil de la Agrupación de Santiago Apóstol de la Cofradía California se produce durante las tardes de verano del año 2017, a raíz de la petición que me hizo mi nieto, Juan Carlos Lillo (a quien va dedicada la marcha), y cuya finalización definitiva tuvo lugar a principios del mes de noviembre de ese mismo año.

La Agrupación de Santiago participa en la procesión de Domingo de Ramos de la Semana Santa de Cartagena con su tercio infantil, y por ello, su composición me la imaginé, desde un principio, con la alegría y la luz que irradian los tercios que participan en ella.  Procesionan el día en el que se rememora la entrada de Jesús en Jerusalén y, por tanto, se representa un día de júbilo, gozo y alegría, siendo esos mismos sentimientos los que intento transmitir con ella.

La estructura de esta marcha está compuesta por una introducción, un trío melódico que se repite, una parte fuerte y finaliza con el trío final. Comienza con una introducción, como he indicado anteriormente, de forma suave aunque con cierta energía, para ir a un trío melódico donde, al repetirse, se produce un contracanto de tenores y bombardinos.  Paulatinamente, a medida que avanzamos en ella, nos dirige a una parte fuerte.  Esta parte fuerte es típica de la Semana Santa de Cartagena y, en ella, participan de forma activa, la sección grave de los instrumentos y la percusión. A continuación, y para concluir este pequeño análisis, podemos escuchar el trío final, con su parte más melódica culminando con el fuerte del mismo trío con un contracanto de trombones.

No quisiera finalizar esta breve reseña sin mencionar el gran orgullo y la profunda satisfacción que supone para mí contribuir, aunque sea modestamente, con nuestra querida Semana Santa de la que presumo y a la que ensalzo siempre que tengo oportunidad. Así mismo me gustaría agradecer a la Agrupación de Santiago Apóstol el haberse acordado de mí para la composición de esta marcha, que he realizado con gran entusiasmo y que espero haya sido del agrado de todos los santiaguistas, en particular, y demás personas que tengan la ocasión de escucharla.

Un fuerte abrazo,

                                                                                                      José Lillo Tormo
Director y compositor de la marcha «La Elección De Los Zebedeos«

Marcha «La Elección De Los Zebedeos» de José Lillo Tormo

Artículo nº5 – PROCESO DE INTERVENCIÓN EN LA IMAGEN DE SANTIAGO

Durante los años 2016 y 2017, la imagen de Santiago Apóstol, perteneciente a la Cofradía California de Cartagena, fue intervenida en el Centro de Restauración de la Región de Murcia. Una restauración derivada de la presencia en la obra de algunas alteraciones puntuales que llevaron a la Agrupación a realizar la correspondiente solicitud para que la imagen fuese intervenida.

Tras la Semana Santa de 2016, la imagen fue trasladada hasta las instalaciones que el Centro de Restauración de la CARM tiene en el Polígono Industrial Oeste de Alcantarilla.

A su llegada, se procede a realizar un pormenorizado estudio de la obra para conocer, con todo detalle, cuál era su estado de conservación real, identificando y localizando cada una las alteraciones que en aquellos momentos presentaba.

Un análisis que comenzó por el examen de la escultura con luz visible, aplicando esta con distintos ángulos, a fin de detectar hasta la más mínima irregularidad, documentando todo el proceso fotográficamente. Y que continuó con el estudio de la fluorescencia ultravioleta a fin de localizar cualquier alteración existente en la película pictórica y capa de barniz. Completando el estudio previo con la realización de distintas radiografías a fin de analizar el interior de la escultura.

Todo ello permitió conocer, no solo los deterioros que sufría la obra, sino también cómo fue construida por Sánchez Lozano. Encontrándonos ante una imagen de vestir típica de este escultor. Compuesta por un torso de madera en el que va encajado el busto, y del que salen dos brazos fijos, anclados al torso con sendos tornillos –tal y como se pudo apreciar radiográficamente-. De estos brazos parten dos antebrazos móviles que se fijan con un tornillo, a fin de facilitar su movimiento y la movilidad del elemento de cara a la vestimenta de la imagen. Un torso que se apoya sobre la denominada devanadera, una sencilla estructura, habitual en todas las imágenes de vestir, que a su vez fue enlienzada para “adecentar” el aspecto de la imagen sagrada; algo muy habitual en la producción escultórica del imaginero José Sánchez Lozano.

En lo que se refiere al estado de conservación, la imagen de Santiago Apóstol presentaba un relativo buen estado, pues tan solo fueron detectados algunos repintes puntuales en la cabellera, barba, manos y pies, así como pequeños roces como consecuencia del uso procesional de la imagen, la fractura del dedo gordo de la mano derecha, y algunas fisuras en la madera provocadas por el movimiento natural de esta.  En la parte inferior del enlienzado de la devanadera existía un extraño corte horizontal; no hallando otras patologías o daños de importancia.

Los repintes existentes habían sido aplicados con más buena intención que acierto con la finalidad de disimular pequeños roces sobre la policromía original. Respecto a las fisuras detectadas, estas eran de dos tipos: las originadas como consecuencia del movimiento natural de la madera (situados en el torso), y las que eran como consecuencia de la separación de piezas de madera (situados en la parte posterior del cuello). Encontrando una serie de pequeños daños -roces e incluso la fractura del dedo pulgar de la mano izquierda, que habían sido ocasionados por el habitual uso procesional de la imagen.

Siendo llamativo el corte perimetral que presentaba el enlienzado que cubre la estructura de devanadera, ya que era evidente que había sido realizado expresamente, quizás con la intención de facilitar los movimientos de la efigie al trono y viceversa. Una retirada que, sin embargo, tiempo después había sido revertida, volviendo a llevar al sitio el elemento retirado mediante la aplicación de un cordón de silicona.

Fotografía con luz ultravioleta para la detección de repintes
Fotografía con luz ultravioleta para la detección de repintes
Fotografía con luz ultravioleta para la detección de repintes
Estado inicial de la peana con el enlienzado
Detalle del corte que presentaba el enlienzado en su mitad inferior, nuevamente pegado con un cordón de silicona

La intervención de la obra consistió primeramente en una limpieza de la suciedad superficial con ayuda de aspiración, seguida de una segunda limpieza de la suciedad generalizada de la superficie cromática. Realizando a continuación una eliminación, tras la realización de pruebas de solubilidad, de cada uno de los repintes previamente detectados en manos, pies, cabeza y cuello; lo que dejó al descubierto pequeños roces y daños que, en realidad, eran el motivo de la aplicación de repintes.

Respecto a las grietas y fisuras existentes, estas fueron selladas mediante la inserción de pequeñas piezas de madera de balsa y resina epoxídica.

Paralelamente a este trabajo se retiró el cordón de silicona que unía el enlienzado cortado al resto de enlienzado original, llevándolo de nuevo a su sitio, procediéndose a reforzar internamente la tela mediante parches, empleando resina epoxídica puntualmente dado el espesor de los estratos. Una vez acabado se realizó el estucado de las carencias, nivelando la superficie. Aprovechando el momento para el estucado de cada una de las carencias existentes en la figura.

Tras un barnizado intermedio que sellase las superficies y subiese el tono de la película pictórica, se procedió a reintegrar cromáticamente las pequeñas faltas de color existentes, acabando el proceso con el preceptivo barnizado final de protección que se le da a todas las obras.

En definitiva, una intervención que subsanó los daños detectados en esta icónica imagen de la Cofradía California.

La imagen llegó a la ciudad de Cartagena en la Cuaresma del 2017, siendo recibida por varios directivos de la Agrupación, el Hermano Mayor de la Cofradía California, el jefe de Servicio del Centro de Restauración y entregada por la entonces Consejera de Cultura, Noelia Arroyo y la Directora General de Bienes Culturales, María Comas. Posteriormente, la imagen quedó expuesta en el vestíbulo del Palacio de Aguirre para ser admirada por los ciudadanos, que se acercaron a contemplarla.

IMÁGENES DE LA RESTAURACIÓN.

Sellado y cosido de grietas en la cabeza
Estucado hombro derecho
Estucado dedo gordo de la mano izquierda
Estucado mitad inferior de la devanadera
Separación del dedo fracturado de la mano izquierda
Sellado y cosido de grietas en la parte posterior del busto del Santo

IMÁGENES TOMADAS EN EL CENTRO DE RESTAURACIÓN, ANTES DE LA ENTREGA.

Imagen 1
Imagen 2
Imagen 3
Imagen 4

IMÁGENES DE LA ENTREGA OFICIAL DE LA IMAGEN EN EL PALACIO DE AGUIRRE, EN CARTAGENA.

Imagen 5
Imagen 6
Imagen 7
Imagen 8

María Comas Gabarrón
Mayordomo de la Cofradía California

Artículo nº4 – EL SANTIAGO Y LA CONSTANCIA, UN CLARO EJEMPLO DE AMISTAD

La amistad es un valor universal. Promueve un dar, un darse, y para ello es necesario encontrarse y conservar. Es un cariño, un aprecio mutuo entre las personas, en este caso entre agrupación y asociación.

Por su misma naturaleza social, el ser humano no puede vivir en soledad y aislado. Todos necesitamos alguien en quien confiar, a quien llamar cuando las cosas se ponen difíciles, con quien compartir los buenos momentos. Los amigos se hacen de improviso y muchas veces sin buscarlos.

Convicciones, sentimientos, gustos, aficiones, opiniones, ideas políticas, creencias, religión son algunos de los factores que influyen en la formación de amistades y la historia de la unión entre El Santiago y La Constancia es un decálogo de estos factores, es una historia que se debería editar y proclamar para que la conozcan las generaciones futuras y engrose los valores de nuestra sociedad más cercana.

De aquí nace la historia que une a LA CONSTANCIA y AL SANTIAGO, que brota de la amistad.

Me contaba nuestro queridísimo Presidente que el azar hizo que veraneara cerca de un amigo que también fue presidente de la Banda de Torrevieja y, por el azar también, un año esta banda no podía cumplir con el compromiso adquirido de acompañar al Santiago porque su ayuntamiento les había pedido que hicieran una procesión en su ciudad. Por casualidad y por amistad, se lo dijo a su amigo Pedro Aguilar, primer presidente de la S.U.M. LA CONSTANCIA de Catral. A partir de ahí se forjó todo lo que hasta el día de hoy hemos creado.

 LA VERDADERA AMISTAD, LA CONSTANCIA Y EL SANTIAGO

Una verdadera amistad se forma cuando hay algo en común. Ese algo en común puede ser un gusto musical, una misma profesión, una misma carrera, un pasatiempo, etc. En nuestro caso fue la música y la Semana Santa.

Con el tiempo, la amistad puede desarrollarse más profundamente mediante el trato, el conocimiento y el afecto mutuo.

Es necesario conocer bien al amigo, saber su historia pasada, sus quehaceres actuales y sus planes de futuro, el sentido que da a su vida, sus convicciones, sus gustos y aficiones, sus defectos y virtudes, en fin, saber de su vida, de su forma de ser… Es preciso comprenderle. Los verdaderos amigos se ayudan desinteresadamente. Al amigo se le quiere, acepta y tolera por lo que es, no por lo que tiene o por lo que puede dar.
La amistad se orienta hacia el y consiste más en servir que en ser servido. El compañero o el camarada no siempre es un amigo, como tampoco es un amigo el que busca aprovecharse del otro. Ser amigos no consiste en un comercio de beneficios.

Cuántas malas épocas hemos pasado juntos y siempre hemos estado uno al lado del otro.

Un verdadero amigo es a la vez un modelo, un consejero y un juez (Paul Carton)

BRINDAR AMISTAD VALE LA PENA Y ASÍ LO HACEMOS HABITUALMENTE EL SANTIAGO Y LA CONSTANCIA

No es fácil encontrar un buen amigo ni ser un amigo de verdad, pero vale la pena intentarlo. Contar con amigos es una felicidad.

Es un gozo estar con ellos, charlar, ayudarles o ser ayudado y disfrutar y alegrarse con ellos. Por eso, aunque exija esfuerzo, vale la pena procurar ser y contar con un amigo.

Amistad es comportarte con el amigo como consigo mismo (Aristóteles).

NUESTRA AMISTAD, LA CONSTANCIA y EL SANTIAGO, UN DECÁLOGO PARA ENMARCAR

La CONFIANZA entre El Santiago y La Constancia ha sido más que demostrada en innumerables momentos como los vividos en los años malos de nuestra banda de música actuando en Cartagena muy mermados de efectivos. Hay que creer lo que dice el amigo, pero sobre todo creer en el amigo. Confiar en el amigo significa tener la seguridad moral de que responderá favorablemente a las expectativas y a las esperanzas que depositemos en él.

También la ENTREGA es la generosidad en el más amplio sentido. El buen amigo es generoso, entrega sus cualidades, su tiempo, sus posesiones, sus energías, sus saberes. Muchas gracias hay que dar al Santiago y a sus Santiaguistas por organizarnos un concierto o una grabación cuando lo hemos necesitado. La Constancia también ha estado con El Santiago en cada proyecto loco, en cada difícil idea.

Es una suerte para nosotros contar con su LEALTAD. La mayor riqueza con la que puede contar una persona es la lealtad de un amigo. Ser leal supone ser persona de palabra, que responde con fidelidad a los compromisos que la amistad lleva consigo. Los amigos leales son nobles, no murmuran, no traicionan una confidencia personal, son veraces y, en el lugar y en el momento oportuno, critican objetiva y constructivamente. Lealtad es también defender los intereses y el buen nombre de los amigos; es hablar claro, ser franco.

De todo esto hemos tenido a raudales, en buenos y malos momentos, por esto nuestro más sentido AGRADECIMIENTO. El agradecimiento es el más efímero de los sentidos humanos y con frecuencia se considera innecesario. Sin embargo, los verdaderos amigos tienen bien desarrollado el sentimiento de gratitud. Podemos agradecer al amigo su tiempo, los buenos ratos que nos hace pasar, su ayuda cuando nos sentimos mal, por pequeños detalles que nos demuestran su afecto.

El amigo ha de ser como la sangre, que acude luego a la herida sin esperar a que le llamen (Quevedo)

ALGO QUE NO PRACTICAN EL SANTIAGO Y LA CONSTANCIA: EL EGOÍSMO, ENEMIGO MORTAL DE LA AMISTAD

El orgullo, la envidia y el egoísmo no caben en la amistad. Es necesario reprimir el yo para que se forme la amistad. El egoísmo hace que la persona se centre solo en sí mismo y no permite que mire más allá de sus propias cualidades, de sus intereses. Impide que los seres humanos se ayuden entre sí.
No olvides: es fácil hacer amigos, pero es difícil mantenerlos. Es fácil hacer un hermanamiento con cualquier asociación, pero hacer que de verdad cada uno de sus miembros sienta que son parte de la otra asociación, sienta que hay un pedacito suyo en otra ciudad o pueblo no es sencillo y aquí se ha conseguido. EL SANTIAGO y LA CONSTANCIA son algo más que dos asociaciones hermanadas, cada una es parte de la otra.

La vida pone a prueba la generosidad, la lealtad y el agradecimiento; las amistades se cultivan maduran y no siempre perduran.                                                   

Estos días, escribiendo desde el retiro forzoso de un confinamiento más y pensando en la relación que nos une AL SANTIAGO y a LA CONSTANCIA, no puedo evitar pararme a releer uno de los libros de amor más bellos de la literatura universal, el cual me fue descubierto y regalado por un gran amigo. Forma parte de la Biblia.  Es un canto al amor, con algo de inocencia original, paradisíaca, y mucho de sueño ideal, definitivo. Aunque es un canto de amor creo que se puede llevar a la amistad verdadera, esa que nos une y por ello me gustaría terminar con un bello poema de El Cantar de los Cantares llamado ABRAZO.

ABRAZO

¡Oh, si tú fueras mi hermano,
un tierno niño de pecho!
Al encontrarse en la calle,
yo te comería a besos;


te echaría en mis brazos
sin tener burlas, desprecios;
te metería en la casa
de mi madre, y allí dentro
te haría beber un vino
de granadas, que yo mezclo.
Reclinando en mi cabeza
sobre tu brazo derecho,
tu brazo izquierdo me ciñe
en el lazo más estrecho.


Muchachas de Jerusalén,
yo os conjuro por los cielos:
No despertéis a la amada,
dejadla en su dulce sueño.

Leonardo Miguel Martínez Cayuelas
Director S.U.M. La Constancia de Catral

S.U.M. La Constancia de Catral en procesión con la Agrupación de Santiago Apóstol

Artículo nº3 – El Año Santo Jacobeo: reseña histórica y tradición

El primer Año Santo Compostelano fue establecido por el Papa Calixto II en 1122 a través de la bula papal denominada Omnipotentis Dispositione. Coincidiendo con la colocación de la última piedra de la Catedral de Santiago, Calixto II le otorgó el privilegio de celebrar a partir de 1126 el Año Santo Jubilar siempre que la festividad de Santiago Apóstol cayese en domingo. A partir de entonces, en Compostela se podrían conseguir las mismas gracias que se otorgaban en Roma en los Años Jubilares.

Desde entonces, celebramos el Año Santo, también denominado Año Santo Jubilar, Año Santo Compostelano o Año Santo Jacobeo (Ano Santo Xacobeo, en gallego), cuando el 25 de julio coincide en domingo. En los últimos dos siglos, esta coincidencia se dio siguiendo una cadencia de 6, 5, 6 y 11 años, de forma que en cada siglo se celebraron un total de 14 Años Santos. Hay una excepción a esta norma: cuando el último año de un siglo no es bisiesto. En este caso, pueden pasar 7 o 12 años hasta que el Día del Apóstol vuelva a coincidir en domingo y que, por tanto, sea Año Santo.

Siguiendo esta cadencia temporal, 2021 fue Año Santo, siendo una fecha especial, porque hace once años que no se celebraba. No obstante, las personas que no pudieron realizar durante ese año el Camino de Santiago o no pudieron viajar a Compostela no deben preocuparse, ya que el Papa Francisco ha prorrogado al Año Santo hasta el 2022, por la pandemia, tratando de evitar así aglomeraciones prohibidas o no aconsejadas.

Además, el 2021 fue el Año Santo número 120 de la historia de los Xacobeos. De la misma manera, tras estos dos años, nos esperan varios Años Santos seguidos: 2027, 2032 y 2038.

Alberto Montoya Gracia
Portapasos y directivo de la Agrupación de Santiago Apóstol

Santiago Apóstol de peregrino

Artículo nº2 – TRAS LAS HUELLAS DE UN ICONO. «LOS HACHOTES SANTIAGUISTAS»

Muchos serían los atributos de la iconografía cristiana que podríamos utilizar para los hachotes de la Agrupación California de Santiago Apóstol de Cartagena. Empezando por la Cruz, como principal símbolo identificador de la Orden de los Caballeros de Santiago, y también uno de los símbolos del Camino de Santiago.

Santiago, aquel guerrero desconocido sobre el caballo blanco, espada en ristre y segando la cabeza de 70.000 infieles, así se apareció el patrón de España, según la leyenda, en la batalla de Clavijo. Una escena que ayudó a dar forma a la identidad nacional durante siglos.

La figura de Santiago Matamoros, el Apóstol guerrero, se convirtió en el verdadero estandarte de la Reconquista desde que el 23 de mayo del año 844, se apareció ante el Rey Ramiro I, montado a caballo y con espada en mano, para ayudar a vencer las tropas de Abderramán II.

La Concha de Santiago o Vieira gallega es otro símbolo importante del Apóstol, que estará muy presente como emblema en la peregrinación a Compostela. La Concha se puede ver en las enseñas del Camino, en edificios, etcétera; pero además es parte consustancial de todo peregrino, pues debe de llevar la Concha de Santiago durante todo el trayecto de la peregrinación.

Los citados atributos eran los pilares necesarios para que un pintor realizara el boceto del hachote de la Agrupación de Santiago Apóstol de la Cofradía California.

La Agrupación santiaguista, en su primera época, solo procesionaba en el cortejo pasionario del Martes Santo, en la llamada Procesión del Traslado de los Apóstoles. Los nuevos hachotes tenían que estar a la altura, en diseño y fabricación, de los hachotes de las otras dos Agrupaciones hermanas.

Finalizaba el año 1980, cuando el directivo y Mayordomo santiaguista, Diego Sánchez Paredes, me presentó a un compañero del Banco de Bilbao, con la connotación de ser un gran pintor, Alfonso Romero Solana, a quien le expliqué cómo debían ser los hachotes del Santiago y comenzamos la singladura del diseño.

En verdad, es muy complicado el expresar tus ideas o pensamientos idílicos a un artista y que le dé la interpretación que tú deseas. Esto no quiere decir que anuláramos la creatividad del pintor, simplemente eran los cimientos sobre los cuales tenía que dar rienda suelta a su creatividad y por ende, a su arte. Además, en muy poco espacio, había que darle cabida a diferentes símbolos iconográficos, imprescindibles para mí, y que se identificaban con el Discípulo que trajo la “Luz del Evangelio” a España por Cartagena.

Mi idea no era otra que la Vieira o Concha de Santiago estuviera en la parte inferior de la base de la cabeza del hachote, en número de dos o tres, dando forma, apoyo y sostén, para que completamente encima de ellas se sostuvieran tres cabezas de caballo colocadas igual que las que se encuentran en la fuente de la Plaza de las Platerías en Santiago de Compostela.  Dicha fuente la descubrí en un viaje familiar a la capital gallega y pensé rápidamente en el “Hachote Santiaguista”.

Del centro del hachote y unidos por las crines largas de los caballos, emanaría la “Luz Blanca del Evangelio”, que entró en España por el castizo Barrio de Santa Lucía y que tantas veces predicó el Apóstol. Esa luz tenía que estar coronada por la Cruz de Santiago.

Esta fue la explicación que le di al artista Alfonso Romero Solana y que rápidamente se puso manos a la obra.

Boceto de Alfonso Romero Solana

Así pues, en el mes de marzo de 1981, teníamos boceto del hachote y comencé las gestiones con el prestigioso orfebre valenciano Manuel Orrico Gay, dando comienzo a una comunicación fluida tanto telefónica como escrita, pues le mandamos el trabajo del artista cartagenero, además de diferentes explicaciones hasta que, en el mes de mayo del mismo año, realiza un hachote de prueba y nos lo manda.

La prueba no era la idea que le habíamos dado, la interpretación era muy distinta, pues el orfebre valenciano realizó una concha grande, a modo de plato, donde brotaba el resto de la idea con los motivos iconográficos, no siendo este de nuestro agrado.

En junio de 1981, con la prueba del hachote en ristre, marché a Valencia, dirección a los Talleres de Casa Orrico. Fue todo un placer conocer a Manuel Orrico Gay, gran orfebre y mejor persona, con quien compartí casi toda una jornada en su taller y dándonos tiempo para degustar una exquisita paella valenciana. Le expliqué mi idea de lo que pretendía que fuera el hachote para la Agrupación de Santiago Apóstol.

Con el dibujo del pintor Alfonso Romero en mano, le expliqué a Manuel Orrico, la idea que yo tenía y, que el artista cartagenero no las interpretó del todo en su trabajo.

El orfebre valenciano captó totalmente mi idea y se comprometió a realizar un nuevo dibujo a tamaño real del hachote santiaguista.

Una vez pasado el periodo estival, Manuel Orrico se puso en contacto conmigo para comentarme que nos mandaba el dibujo concluido del hachote, a escala real, con la caña del mismo en forma de columna salomónica.

El dibujo del hachote de Orrico recogía la esencia del boceto del pintor cartagenero Alfonso Romero y cumplía con las explicaciones dadas por mí, que no eran otras que conjugar los atributos iconográficos del Apóstol, con el barroco exacerbado de las procesiones cartageneras.

Casa Orrico

Así pues, en Junta Directiva del mes de octubre de 1981, presidida por el Mayordomo José Ramón Bustillo Navia Osorio, se aprobaba el boceto y la realización de los hachotes por el orfebre Manuel Orrico Gay. Se tomó el acuerdo de encargar 40 hachotes, 5 portagalas, 5 varas salomónicas rematadas por una concha con la Cruz de Santiago para los hermanos vara y el varal del estandarte, con filigranas en la cruceta horizontal y con remate de la concha y Cruz de Santiago.

Contrato casa Orrico

La instalación eléctrica de los hachotes fue realizada por Vicente Díaz Izquierdo, llevando tres bombillas pequeñas de color amarillo y en el tubo central, dos luces fluorescentes.

Los hachotes y el resto de enseres realizados por el orfebre valenciano se estrenaron el Martes Santo de 1982, siendo Mayordomo Presidente de la Agrupación de Santiago Apóstol, Francisco Cerón Albacete y Hermano Mayor de la Cofradía California, Pablo Francisco López Álvaro.

Sin duda alguna, la realización de los nuevos hachotes fue un éxito importante por su estética y la conjunción del bronce plateado y dorado, ya que las tres cabezas de los caballos y las tres conchas son plateadas, destacando del resto del hachote, que es dorado. La corona de donde emerge la Cruz de Santiago es bronce dorado, así como la caña del mismo con forma de columna salomónica, también dorada.

Estos hachotes llevan desfilando, en la Semana Santa cartagenera y en las noches primaverales de Martes Santo, 37 años.

Treinta y siete años consecutivos, donde los hermanos y hermanas penitentes alumbrantes santiaguistas desfilan al son de  la marcha Solemnidad  por las calles cartageneras con los hachotes que se realizaran en los Talleres de Orfebrería de la Casa Orrico, cumpliendo así, de manera anual, su tradición de realizar su Estación de Penitencia o Procesión de Penitencia, cual peregrino que apoyándose en su báculo realiza el Camino de Santiago, con la esperanza, la firmeza y la oración, que les lleva a la “Luz del Evangelio”, y que tantas veces predicó el Apóstol Santiago.

Con este pequeño y humilde trabajo, pretendo dejar constancia, como fuente escrita, del auténtico origen de los hachotes de Martes Santo de la Agrupación de Santiago Apóstol. Para ello me he apoyado en los dibujos y bocetos originales, (custodiados por mi familia y en la actualidad, en posesión de la Agrupación), con la documentación escrita de la Casa Orrico y mi vivencia personal como directivo de la Agrupación, que fui por aquellos años.

Vuestro siempre hermano.

             Jesús Muñoz Robles
Mayordomo Californio

Artículo nº1 – Santiago Apóstol, Patrón de Caballería, Patrón de España

Santiago de Zebedeo, conocido como Santiago el Mayor, nació en Betsaida, a orillas del mar de Galilea o Mar de Tiberiades, como le llamaron los romanos en recuerdo del emperador Tiberio. Hijo de Zebedeo, pescador, y de Salomé, y hermano de Juan.

Santiago tuvo que poseer unas especiales cualidades humanas que le hicieron ser elegido junto a su hermano Juan, a Pedro y a Andrés, ya que por las noticias que nos dan los Evangelios, se ve que era uno de los predilectos de Jesús, pues siempre estuvo en el reducido grupo que el Señor reserva para ser testigo de los acontecimientos más relevantes de la Pasión. Por su ímpetu, temeridad o valentía, el propio Jesús le llamó “Hijo del trueno”.

Según la tradición, Santiago puso pie en  Hispania en el año 40, dispuesto a difundir el Evangelio a las desconfiadas gentes que seguían dando culto a sus ancestrales dioses o a los recientes impuestos por sus civilizados conquistadores romanos. Según distintas tradiciones orales, Santiago desembarcó posiblemente en el puerto de Cartago Nova, caminando por las vías romanas, probablemente pasó por Itálica o por Emérita Augusta, continuó por Lusitaniay terminó en Iria-Flavia, en la actual Galicia.

Desesperado podría encontrarse por sus escasos progresos, cuando la Virgen María, hubo de aparecérsele en Zaragoza para prometerle que sus esfuerzos se verían coronados por un rotundo éxito.

Tras un largo viaje por la Península Ibérica, finalizado su periplo por Hispania, debió embarcar en algún puerto con rumbo a Palestina. Al poco tiempo, le cupo el honor de ser el primero de los Apóstoles de Jesús en padecer el martirio. Santiago regresó a Jerusalén y en el año 44 fue decapitado con una espada, por orden del rey Herodes Agripa. No obstante, sus discípulos recogieron su cadáver y lo embarcaron con dirección a la Hispania Romana. Siempre, según la tradición, la nave desembarcó en la costa marítima gallega, donde se enterró su cuerpo, yaciendo en un campo de estrellas, campus stellae. Y se encontró posteriormente, un cuerpo con una cabeza a su lado, por los reyes astures, y fue trasladado hasta el lugar donde se halla la catedral compostelana en la actualidad.

Con todo, el relato quedó enraizado en la tradición ibérica y en el año 1630, siendo monarca Felipe IV, el papa Urbano VIII decretó oficialmente que el Apóstol Santiago, el Mayor, fuera considerado solo y único Patrón de la Nación Española.

«Dios hizo a Santiago, Patrón de España, que no existía entonces, para que cuando llegue el día pudiera interceder por ella y volverla otra vez a la vida con su doctrina y con su espada», afirmó en una ocasión Francisco de Quevedo.

Pero no acaba aquí la advocación y la admiración del pueblo español por su Apóstol.

En el siglo IX, a comienzos de la Reconquista de España, tras la invasión islámica del año 711 y  la finalización de los reinos visigodos, se produce la Batalla de Clavijo, según escritos del arzobispo de Toledo Rodrigo Jiménez de Rada, eclesiástico, militar, historiador y político, en la que participan, por el lado cristiano, el rey de Asturias Ramiro I y, por el lado musulmán, el califa Omeya de Córdoba Abderramán II. El tercer participante y quizás el más importante por ser el que obtuvo mayores beneficios fue el Apóstol Santiago y su causa.

Esta mítica batalla de Clavijo, según consta, es difícil de precisar en cuanto a fecha. El mencionado arzobispo, Rodrigo Jiménez de Rada, la ubica el 23 de mayo del año 844, pero él escribió unos 400 años después de los hechos que narra. Algunos historiadores en sus escritos proponen otras fechas como el año 856, otros la ubican en la Batalla de Simancas en el año 939 y otros escritores se decantan porque la batalla de Clavijo nunca existió tal y como se plantea.

El lugar de la batalla se ubica en la localidad de Clavijo, provincia de La Rioja.

Los que sostienen la batalla de Clavijo como un hecho real de armas narran, y esto es otro asunto que deja esta batalla entre la leyenda y la realidad, que el emir Abderramán I impuso el pago del tributo de 100 doncellas cada año, 50 hidalgas y otras 50 plebeyas, tributo que fue aceptado por el rey asturiano Mauregato. Esto ocurre entre el año 783 y 788 y dice el relato que en el año 842 el rey Alfonso II se negó a seguir pagando este humillante tributo a los moros. Su hijo Ramiro I fue quien hubo de hacer frente al cobro del tributo que ejerciera el califa Abderramán II.

Cuenta la leyenda de esta batalla que, en el choque de fuerzas, los españoles llevaron la peor parte, quedando Ramiro I y sus tropas al borde de la derrota. Los sarracenos eran muchos más que los españoles, y tuvieron que replegarse al monte que daría nombre a la batalla que habría de darse al día siguiente. Ahora bien, el relato cuenta que la noche antes de la batalla, recibe Ramiro I en sueños la visita del apóstol Santiago, animándolo a guerrear con valentía al día siguiente y prometiéndole su apoyo en la batalla. Aquí es donde se convierte en leyenda, cuentan que durante la dura batalla y estando los españoles en evidente desventaja, aparece Santiago en una cabalgadura blanca y empuñando su espada, causando el giro de la batalla, dejando en aquellas tierras unos 70.000 muertos.

La consecuencia inmediata de esta batalla real o no, fue servir de estímulo e impulso a España para librar lo que se conoció como la Guerra de Reconquista, mediante la cual se lograría arrancar de la península a los moros, en parte porque esta batalla de Clavijo le dio un carácter de Cruzada Santa a la lucha por la Reconquista.

Aunque no hay grandes detalles de la batalla, se dice que con ayuda de Santiago, a partir de ese momento también llamado Santiago Matamoros, Ramiro I obtuvo la victoria, sin embargo el verdadero vencedor tanto en la narrativa como en el resultado de la épica batalla fue Santiago y, por ende, la iglesia. Pero, si lo vemos desde las consecuencias de la Batalla de Clavijo, para el pueblo español fue un impulso para librar a la península del dominio musulmán. Aunque esto no ocurrió realmente hasta 1492, con la toma de Granada, casi seis siglos después.

No es difícil imaginarse a este Apóstol, descrito como rudo, sencillo, impulsivo, valiente, predispuesto a la aventura y con una fe inquebrantable, cabalgando con ímpetu arrollador en Clavijo, arrastrando al Rey Ramiro I y a sus huestes.

Santiago Apóstol fue declarado Patrono del Arma de Caballería el 30 de junio de 1846 por el entonces Vicario General Castrense. El 20 de julio de 1846 se designó al Apóstol Santiago patrón del Arma de Caballería, cuya proclamación fue posteriormente ratificada el 20 de julio de 1892. De ahí que el 25 de julio se celebre el patrón de la Caballería.

“Nunca «el espíritu jinete» pudo estar mejor representado que en esta ocasión en la figura de Santiago, el espíritu que siempre ha animado a cualquier regimiento infatigable de Caballería. Pero no es solamente en el combate donde se percibe la benéfica influencia de Santiago en nuestros jinetes, también se percibe en la vida cotidiana, una sutil presencia del Apóstol entre los componentes del Arma, que se traduce en ciertos comportamientos inconfundibles ante los cuales hasta con los ojos cerrados, se puede asegurar de alguien que pertenece al Arma de Caballería.

Santiago sintetiza la representación de las nobles ideas constituidas por el compañerismo que aleja todo egoísmo individual y que impulsa sentimientos de abnegación, siendo estas bases de todas las virtudes militares. Estas cualidades y sentimientos, Santiago los vierte abundantemente en sus nobles hijos, los jinetes españoles de todos los tiempos. Ese compañerismo y esa abnegación los necesitan hasta el paroxismo para cumplir su misión en el combate, pues, las situaciones, más o menos frecuentes para otros componentes de los Ejércitos, en los que se exige llegar al heroísmo en Caballería son habituales por lo específico de su misión y la forma en que debe cumplirse.

Finalmente, en la tradición militar de España, el grito de guerra «¡Santiago y cierra España!» ha sido utilizado por los soldados desde la Reconquista hasta la época moderna antes de cada carga en ofensiva. Frase muy utilizada en las batallas de la Reconquista por los conquistadores españoles mientras se forjaba un Imperio, por los antiguos tercios de infantería en Europa o hasta tiempos más recientes como el laureado regimiento de caballería Alcántara. El significado de la frase es, por una parte, invocar al apóstol Santiago, que según la leyenda, se apareció durante la Batalla de Clavijo para combatir junto a los cristianos, y por otro, la orden militar “cierra”, que en términos militares significa trabar combate, embestir o acometer.

¡Santiago y Cierra España!

Eladio Sánchez Campillo
Portapasos y directivo de la Agrupación de Santiago Apóstol

Santiago Apóstol